Las palabras son mágicas, curan, unen, pueden ser imaginadas y se plasman aquí para ser disfrutadas. Deja a tu alma unirse a la mía, recorrer nuevos mundos, inventar nuevos personajes y vivir con ellos las palabras de sus aventuras.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

EL LUGAR FELIZ

Era una tarde calurosa. Se asomó al balcón de su habitación para admirar el bello paisaje. El viento azotó sus cabellos y la brisa del mar llegó hasta su cara. Se sentía en paz. Miró al horizonte y se transportó a su lugar feliz. El bosque de arces de su infancia se hallaba plagado de olores, sonidos, sensaciones que le recordaban los tiempos felices en que los tres estaban juntos. Su familia había trascendido a otro estado menos corporal y ella los echaba de menos. Corrió por el bosque como cuando era dichosa, cuando pasaban allí las tardes en busca de paz y soledad. De repente, un ruido. Alguien estaba en su lugar feliz. Fue despacio, con cuidado de no pisar las hojas caídas en el suelo. Allí, en un claro, estaba él. Alto, moreno, mirando al horizonte, inmóvil. Sus mentes se unieron en una silenciosa comunicación.
- ¿Qué haces en mi lugar feliz? - preguntó ella
- Solo pensé en un lugar que me diera paz y aparecí aquí. no sabía que este lugar era tuyo
- No es mío, solo me procura felicidad. Puedes quedarte...
- Gracias por compartirlo conmigo. ¿Cuál es tu historia para viajar hasta aquí?
Ella le relató su tragedia y cómo venía de vez en cuando a su lugar feliz, buscando paz.
- ¿Y tu? ¿Qué haces aquí? 
- Buscarte 
Entrelazaron sus manos y mirando juntos al horizonte, uniendo sus almas y sintiendo una gran serenidad.
- ¿Volverás? - pregunto él
- Seguro.- respondió ella
- ¿Y cómo sabré que estas aquí?
- Como lo has sabido hoy. Solo sienteme.

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