Y me sucede
muchas veces que emprendo algo con mucha ilusión y con muchas ganas y pareciera
que voy perdiendo esa ilusión y esas ganas. Pero no es el caso. Lo único que he
perdido es el hábito de escribir a diario. Y he perdido el hábito porque se me acumularon
muchas cosas de pronto y el día tiene veinticuatro horas, ni una más ni una
menos, y dan para lo que dan. La ilusión
sigue en mi cabeza y las ganas
también. Las ideas navegan por mi mente, van y vienen, evolucionan, cambian, se
definen. Sucede que me embarga la impotencia de no poder plasmarlas por falta
de horas en el día o por hacer demasiadas cosas en las horas del día. Y en esa
impotencia aparece el temor de que las ideas que navegan por mi mente fijen el
rumbo hacia rincones desconocidos para mi conciencia, a los que después me será
difícil acceder… Tengo que ponerle más horas a mis días… o quitar quehaceres a
las horas de mis días…
Desde mi interior... desde lo más profundo de mi pensamiento... ideas, cuentos, opiniones... un ejercicio de insight volcado en estas páginas
Las palabras son mágicas, curan, unen, pueden ser imaginadas y se plasman aquí para ser disfrutadas. Deja a tu alma unirse a la mía, recorrer nuevos mundos, inventar nuevos personajes y vivir con ellos las palabras de sus aventuras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A mi me pasa algo parecido y por eso no siempre tengo tiempo de leerte y si te leo, no tengo tiempo de escribirte un comentario. Pero hoy he decidido arañarle unos minutos a este día para decirte que lo que he leído hasta ahora me gusta mucho y animarte a que sigas escribiendo y compartiendo.
ResponderEliminarElena(una de las niñas)
Me encanta saber de ti, precisamente por aquí. .. Anímate más veces niña!!!
ResponderEliminar